Tratamiento
con insulina
La inyección de insulina
Es
indispensable conocer bien las técnicas de inyección, también las zonas en las
que se deben aplicar. Es necesario adoptar una buena técnica con el fin de
controlar bien su glucemia y asegurar que su diabetes esté bien controlada.
¿Dónde hay que inyectar la insulina?
Los
brazos, el vientre, los muslos y las nalgas son las zonas más aconsejadas.
La
insulina inyectada en el abdomen pasa más rápidamente a la sangre que la
inyectada en los brazos y muslos.
Evitar
ciertas zonas: alrededor del ombligo, cerca de las rodillas...
Modificar
la zona de inyección en ciertas circunstancias para evitar las deformaciones de
la piel, las lipodistrofias, provocadas por la repetición de inyecciones
repetidas en el mismo lugar.
Mantener
la misma zona de inyección para cada momento del día evitando pincharse en el mismo
lugar que en la anterior administración:
Por
ejemplo: por la mañana en el abdomen, al mediodía en los brazos y por la noche
en los muslos o en las nalgas.
¿Cómo conservar la insulina?
La
insulina cuanto mayor sea la temperatura a la que se conserva, más rápida será
la absorción.
Guardar el
envase de insulina que se va a utilizar cada día a temperatura ambiente.
Los stocks deben guardarse en
la nevera hasta su utilización
Un baño
caliente inmediatamente después de la inyección, permitirá a la insulina llegar
ligeramente más rápido a la sangre, ya que la temperatura de la piel influye en
la velocidad de absorción de la insulina.
Evitar
dejar los envases al sol.
El frío y
el gel destruyen la acción de la insulina.
La desinfección de la piel
Lavarse
las manos antes de ponerse la inyección es una regla fundamental. Una buena higiene,
con agua y jabón, es suficiente.
No siempre
es necesario el alcohol, salvo en ciertas circunstancias.
Comprobar bien el estado de la piel porque la absorción de la
insulina puede variar
Evitar los
lugares donde hay cicatrices, placas de eczema, infecciones...
Evitar las
inyecciones en las lipodistrofias, anomalías de los tejidos subcutáneos, provocados
por inyecciones repetidas de insulina en el mismo lugar. Provocan hinchazón en
la piel lo que conlleva una mala absorción de la insulina y un desequilibrio
del diabético.
Hay que tener prudencia cuando se inyecta insulina
Verificar
la ausencia de hipoglucemia durante la noche o de hiperglucemia al despertarse.
Llevar a
cabo una auto-medición 3 ó 4 veces por día: antes de las 3 comidas y antes del atardecer.
Evitar la
hipoglucemia.
El bolígrafo auto-inyectable: cómo preparar la inyección con un
bolígrafo de insulina
La
preparación de una inyección con un bolígrafo de insulina depende de cada
modelo de bolígrafo. El bolígrafo permite pincharse en cualquier sitio,
discretamente, lejos de la mirada de la gente y además se transporta fácilmente.
Adoptar
las reglas de higiene fundamentales que consisten en lavarse las manos con agua
y jabón.
Una mala
utilización del bolígrafo puede provocar efectos secundarios.
Pincharse
regularmente.
Existen
diferentes categorías de bolígrafos que se pueden utilizar:
La bomba de insulina
Una bomba
de insulina permite la administración continua de insulina adaptada a las necesidades
de la persona diabética. Ésta puede programar así el aparato con el fin de administrar
la cantidad de insulina necesaria a su organismo permitiéndole mantener una glucemia
de base fuera del horario de las comidas.
Pueden
aplicarse dosis complementarias en función de las comidas consumidas.
La bomba
es un pequeño aparato que toda persona diabética puede utilizar.
Se lleva
siempre encima.
Está
ligado a un catéter situado sobre la piel, que debe cambiarse regularmente.
Una pequeña
bomba envía una tasa constante de insulina con la ayuda de un pequeño tubo de
plástico fijado bajo la piel a la altura del abdomen.
La bomba
está activada 24 horas, 7 días por semana.
Permite
controlar la cantidad de insulina a dispensar cada hora.
Llevar una
bomba de insulina necesita una hospitalización inicial con el fin de iniciar al
paciente en su manejo y utilización.
Se puede
utilizar también en niños y mujeres embarazadas.
La tasa de
insulina repartida mantiene la glucemia necesaria para el organismo.
La bomba
de insulina permite respetar el ritmo alimentario: en el momento de las
comidas, el diabético envía un bolo de insulina accionándolo a distancia. Este
sistema ofrece una gran libertad en cuanto al horario de las comidas, los
alimentos consumidos, los intervalos, la actividad deportiva...
La
insulina ultra-rápida se suele utilizar con la mayoría de las bombas.
Las dosis
se adaptan de la misma manera que con las inyecciones: el diabético debe conocer
la cantidad que necesita.
Se
necesitan controles regulares de glucemia, de la misma manera que con las inyecciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario