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sábado, 15 de agosto de 2015

Tratamiento con Insulina

Tratamiento con insulina

La inyección de insulina

Es indispensable conocer bien las técnicas de inyección, también las zonas en las que se deben aplicar. Es necesario adoptar una buena técnica con el fin de controlar bien su glucemia y asegurar que su diabetes esté bien controlada.

¿Dónde hay que inyectar la insulina?

Los brazos, el vientre, los muslos y las nalgas son las zonas más aconsejadas.

La insulina inyectada en el abdomen pasa más rápidamente a la sangre que la inyectada en los brazos y muslos.

Evitar ciertas zonas: alrededor del ombligo, cerca de las rodillas...

Modificar la zona de inyección en ciertas circunstancias para evitar las deformaciones de la piel, las lipodistrofias, provocadas por la repetición de inyecciones repetidas en el mismo lugar.

Mantener la misma zona de inyección para cada momento del día evitando pincharse en el mismo lugar que en la anterior administración:

Por ejemplo: por la mañana en el abdomen, al mediodía en los brazos y por la noche en los muslos o en las nalgas.

¿Cómo conservar la insulina?

La insulina cuanto mayor sea la temperatura a la que se conserva, más rápida será la absorción.

Guardar el envase de insulina que se va a utilizar cada día a temperatura ambiente.

Los stocks deben guardarse en la nevera hasta su utilización

Un baño caliente inmediatamente después de la inyección, permitirá a la insulina llegar ligeramente más rápido a la sangre, ya que la temperatura de la piel influye en la velocidad de absorción de la insulina.

Evitar dejar los envases al sol.

El frío y el gel destruyen la acción de la insulina.

La desinfección de la piel

Lavarse las manos antes de ponerse la inyección es una regla fundamental. Una buena higiene, con agua y jabón, es suficiente.

No siempre es necesario el alcohol, salvo en ciertas circunstancias.

Comprobar bien el estado de la piel porque la absorción de la insulina puede variar

Evitar los lugares donde hay cicatrices, placas de eczema, infecciones...

Evitar las inyecciones en las lipodistrofias, anomalías de los tejidos subcutáneos, provocados por inyecciones repetidas de insulina en el mismo lugar. Provocan hinchazón en la piel lo que conlleva una mala absorción de la insulina y un desequilibrio del diabético.

Hay que tener prudencia cuando se inyecta insulina

Verificar la ausencia de hipoglucemia durante la noche o de hiperglucemia al despertarse.

Llevar a cabo una auto-medición 3 ó 4 veces por día: antes de las 3 comidas y antes del atardecer.

Evitar la hipoglucemia.

El bolígrafo auto-inyectable: cómo preparar la inyección con un bolígrafo de insulina

La preparación de una inyección con un bolígrafo de insulina depende de cada modelo de bolígrafo. El bolígrafo permite pincharse en cualquier sitio, discretamente, lejos de la mirada de la gente y además se transporta fácilmente.

Adoptar las reglas de higiene fundamentales que consisten en lavarse las manos con agua y jabón.

Una mala utilización del bolígrafo puede provocar efectos secundarios.

Pincharse regularmente.

Existen diferentes categorías de bolígrafos que se pueden utilizar:

La bomba de insulina

Una bomba de insulina permite la administración continua de insulina adaptada a las necesidades de la persona diabética. Ésta puede programar así el aparato con el fin de administrar la cantidad de insulina necesaria a su organismo permitiéndole mantener una glucemia de base fuera del horario de las comidas.
Pueden aplicarse dosis complementarias en función de las comidas consumidas.

La bomba es un pequeño aparato que toda persona diabética puede utilizar.
Se lleva siempre encima.

Está ligado a un catéter situado sobre la piel, que debe cambiarse regularmente.

Una pequeña bomba envía una tasa constante de insulina con la ayuda de un pequeño tubo de plástico fijado bajo la piel a la altura del abdomen.

La bomba está activada 24 horas, 7 días por semana.

Permite controlar la cantidad de insulina a dispensar cada hora.

Llevar una bomba de insulina necesita una hospitalización inicial con el fin de iniciar al paciente en su manejo y utilización.
Se puede utilizar también en niños y mujeres embarazadas.

La tasa de insulina repartida mantiene la glucemia necesaria para el organismo.

La bomba de insulina permite respetar el ritmo alimentario: en el momento de las comidas, el diabético envía un bolo de insulina accionándolo a distancia. Este sistema ofrece una gran libertad en cuanto al horario de las comidas, los alimentos consumidos, los intervalos, la actividad deportiva...

La insulina ultra-rápida se suele utilizar con la mayoría de las bombas.

Las dosis se adaptan de la misma manera que con las inyecciones: el diabético debe conocer la cantidad que necesita.


Se necesitan controles regulares de glucemia, de la misma manera que con las inyecciones.

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